Posparto Inmediato: Noa

Las primeras horas, creando vínculos

Hace nada pasábamos las últimas horas de Noa dentro de la barriguita de mamá, en la que parecía estar la mar de a gusto, y hace una semana el médico decidió que ya era hora de salir y por fin pudimos verle la carita.

Muchas me habéis expresado vuestras dudas ante la fotografía de parto, especialmente si este ha sido por cesarea. En estos casos os explico que, para poder contar la historia, me encanta estar desde el momento en el que llegáis al hospital, os preparáis, se producen esos momentos de nervios o tranquilidad antes de ver por primera vez a vuestro bebé, ver a las abuelas daros los últimos besos antes de entrar en el quirófano y esperar con ellos en la habitación.

Es cierto que en el parto se viven momentos muy intensos y llenos de emociones, pero también esas primeras horas del bebé están repletas de primeras miradas, primeras lágrimas de emoción, primeros miedos y dudas, primeros sentimientos de seguridad y consciencia de maternidad… tantas cosas que os gustará tener guardadas para siempre como tesoros.

Es ese posparto inmediato el que cubrí en el caso de Noa. El piel con piel con el papá, mientras que esperábamos a que mamá estuviera lista, la subida a la habitación, la primera vez que la vió, su primer enganche al pecho, las palabras de papá y mamá, sus primeras cacas… momentos en los que no puedes estar pendiente de la cámara de fotos y si disfrutarlos al cien por cien.

Por eso cada trabajo para mi es un profundo privilegio, ya que me pongo detrás de la cámara para que vosotros podáis vivir el momento y recordarlo siempre.

Impresionada con este pié tan lisito con tan solo 3 horas de vida fuera de la tripa…esta niña no es que saliera horneada, es que salió con la guinda puesta 😉

Y sin duda lo mejor…las siestas acurrucadita con mamá.

Estos momentos son preciosos y aunque la carita todavía está algo hinchada, la piel (al menos la de la mayoría) esta escamosa y arrugada, y los rasgos van cambiando por minutos, son instantes tan fugaces que merece la pena tenerlos, no por ser los de un bebé perfecto y guapísimo, sino por todas esas emociones que solo ellos son capaces de transmitir con sus gestos.

Este es otro de esos momentos poco glamurosos, pero muy recordados por todos; el pegajoso mecomio y la pila de toallitas que gastamos para conseguir retirarlo todo ¿a algún padre se le ha olvidado? jejejeje

El primer enganche. Pasado el miedo, la incomodidad y las dudas, queda la tranquilidad y el apoyo que tienes de tu pareja o del personal del hospital.

Espero que os haya gustado el post, y que os animéis a preguntarme por este tipo de sesiones.

Ah, por cierto! Noa finalmente abrió los ojos para conocer a la pesada que estaba haciéndola tantas fotos y, de paso, echar un vistazo a sus padres para ver si eran tan guapos como ella había imaginado.

Creo que quedó satisfecha, porque tardó en cerrarlos un buen rato

Os espero en la próxima entrega donde se produce otro de mis momentos favoritos… el encuentro entre hermanos.