Las primeras horas. Los primeros momentos

La maternidad puede llegar a abrumar, muchas cosas por preparar, niños previos que atender, y/o un trabajo que cerrar antes de la baja... y de pronto estás en el Hospital, empujando o descubriendo a tu bebé, viviendo momentos únicos y descubriendo cada uno de los detalles de esa personita a la que os une un vínculo invisible pero muy potente.

Yo sé que tú y tu pareja tenéis el móvil a punto (o incluso una cámara) y está dentro de mi ADN el decir que la peor fotografía es la que no has hecho. Entonces ¿porqué ofrecer un servicio de fotografía en el hospital? ¿en un momento tan vulnerable y donde todo te puede gritar que no es tu mejor momento?

Fácil, porque si lo es. Es un momento que tienes que disfrutar, vivir y retener en tu retina y tu cerebro que, aunque no es el mejor disco duro del mercado, es tuyo y lo llevas siempre contigo.

Mi función como fotógrafa en el hospital es acompañaros desde el respeto y la distancia dejándoos vivir todas esas emociones, capturándolas en momentos congelados para que vuestros bebés, cuando crezcan, tengan también ese recuerdo al que aferrarse de cómo sus padres le miraban, como su hermano/a le agarraba las manos y contaba sus dedos, cómo uno de vosotros descubrió que el primer pañal era el más difícil o lloraste al tenerle piel con piel.

En esos metros cuadrados de la habitación del hospital se llegan a concentrar un sinfín de momentos y muchas más anécdotas de las que podáis ser conscientes y este tiempo es el más fugaz, por eso quiero estar junto a vosotros para que os podáis llevar una muestra de lo que fue ese paso en la antesala de vuestro hogar.