Recuerdos del Verano – Descubriendo Vínculos

El verano de este año ha sido especial por muchas razones.

La más importante es que papá se ha ido a trabajar fuera y no ha podido estar con nosotras. Esto nos ha llevado a simplificar el verano al máximo y volver a vivir un verano como los que pasaba en mi juventud: de pura y dura playa.

Que no estuviera papá tenía muchas desventajas pero ha traído una cosa muy buena y es dejar la pereza de lado y sacar la cámara para ir mandando píldoras de realidad a papá par que viera lo mucho que puede crecer la enana en dos meses, y la cantidad de cosas que nos quedan por descubrir.

He disfrutado de cada segundo, de sus rabietas al salir del agua, de su reafirmación de personalidad haciendo todo lo contrario de lo que se la decía, de los nuevos amigos que iba haciendo, de sus juegos, de su despertar con la sonrisa puesta, de nuestros paseos, de las comidas de la abuela, de sus nuevas rutinas….

Mil cosas que por suerte he podido recoger detrás de la cámara si dejar de disfrutarlas delante.

Comencé a través de Facebook una serie de fotos a la que denominé #cosasdelverano Muchas las pasé a Instagram y creo que es justo que las comparta y amplíe por aquí, porque este rincón a partir de ahora, espero, estará más transitado para seguir compartiendo con vosotros mi gran pasión: la fotografía de emociones.

He de reconocer que soy una persona activa, no que haga mucho ejercicio (aunque todo puede cambiar) sino que la casa no se me cae encima, siempre estoy buscando algo que hacer, pero he de reconocer que gracias a una propuesta realizada por Nuria Peréz (#RetroSummer2015) este verano me conciencé que no hacen falta planes complicados para los niños, ya que ellos son capaces de disfrutar con muy poco y así empezamos a disfrutar de las pequeñas cosas de toda la vida y al alcance de muchos.

No siempre puedes estar en la playa/piscina. Existen muchos momentos muertos en la tarde o la mañana que hay que aprovechar en casa.

Como el coche ya va muy cargado dejamos 3 juguetes en la casa de la playa, llevamos pinturas y el resto….a inventar. No ha habido momento para parar, y con cosas de lo más sencillas: un juego de parejas, unas vías de tren y…una lámina de burbujas. ¡Que comience la diversión!

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Sin duda lo que más recuerdo de la playa son los amigos, mis padres me empujaron (como hija única que soy) a acercarme a los desconocidos para ver si podía unirme o generar nuevos juegos. Creo que hay todo de positivo en esta actitud (aún cuando lo único que consigues un día son varios rechazos) y por eso yo la fomento en mi hija.

Así que ha jugado con un montón de niños y niñas de distintas edades y creo que eso la ha enriquecido mucho. Aprender a compartir, a respetar, a comprender que «cada casa tiene sus reglas» y sobre todo a manejar conflictos.

Os dejo con algunos buenos momentos:

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Pero, y no lo esperaba tan pronto, entre esos amigos encuentra a aguien especial, un chico. Uno que la hace rabiar, pero que la busca y da abrazos; uno con una madre que es un sol y juega con ella igual que con su hijo; uno que la defiende a capa y espada (aunque no lo necesite); uno que no comparte sus juguetes con nadie más que con ella. Un chico que corre igual de rápido, al que le gustan las pistolas de agua y los coches (vale, sé que de esos hay millones) y que sabe seguirla el rollo.

Uno al que por fin puede llamar príncipe y que el la llama princesa.

Lo que se puede clasificar sin lugar a dudas como Amor de Verano, y al cual ninguno de los adultos pusimos cortapisas

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(ojo al detalle: dos toallas pueden convertirse sin problema en los trajes de gala para bailar en un salón de baile improvisado junto al agua)

El verano es un gran momento para darse pequeños placeres, por lo general son los helados….y no os voy a negar que por parte de servidora han caído un buen número, pero para mi hija sin duda siguen triunfando más las patatas/gusanitos/chuches.

Aún así hemos catado auténticas delicias al paladar

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Tenemos la inmensa suerte de tener la playa a un paso y la piscina a medio, y aunque parecía a veces misión imposible hemos disfrutado de excursiones, paseos en barco y visitas a lugares nuevos incluso para mamá.

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En verano nunca nos perdemos el mercadillo de los miércoles, siempre me alucina el precio que pago por una fruta que sabe a fruta, en comparación con Madrid. Este año me compré además un vestido, y la verdad que me lo ponía a la mínima ocasión que veía que podía encajar (o no jejeje)

Mi hija parece que también ha tenido su «vestido del verano» ese que si giras hace mucho vuelo, con el que te sientes princesa y que indudablemente tiene un efecto guauuu en la gente. Es una de estas cosas que no se podía quedar fuera de este diario del verano.

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Lo de el verano y las ferias es un todo. Imposible escapar de carruseles, camas elásticas, cochecitos….lo hacemos todos los años y este no podía ser menos. Lo bueno (o malo, según se mire) es que este año pusieron una feria ecológica en un sitio de tránsito si o si. Así que estábamos abonadas, pero es que las atracciones eran taaan bonitas y se lo pasaban tan bien….que me costaba negarle un viaje 😉

 

 

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Pero sin duda este verano no hubieran sido vacaciones sin esta persona. Mi piedra angular que me ha facilitado el pasar tiempo con mi hija, despreocupándome de otras cosas.

Sin duda las abuelas tienen sus muchas ventajas que enmascaran cualquier inconveniente

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Y bueno, ya sabéis agua y más agua que es lo que toca para paliar el calor, aunque si me preguntáis una de mis mayores satisfacciones fue pasar de ver a mi bebé con crisis de ansiedad por tocar la arena a rebozarme con ella, así que sin vergüenza ninguna, y con lorzas y a lo loco estos son nuestros momentos playa/piscina

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Lo dicho, todo lo bueno se acaba, pero hay tantas aventuras por vivir y tantas cosas que quiero seguir haciendo, que la pena me la dejé en el momento que planché la última prenda de la maleta.

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Ahora a disfrutar del nuevo curso y seguir #descubriendovinculos 

¿Os apuntáis?

5 comentarios

  1. ¡Ay, Eva, qué maravilla de fotos y de verano! Has disfrutado y se nota! Espero que septiembre empiece con buen pie para vosotros, aunque sigáis echando de menos a papá (ya queda menos!). Un besazo, guapa

  2. Hola Eva, me ha picado la curiosidad el comentario de la foto de malasmadres sobre fotografía y he pinchado en tu perfil de instagram y en tu blog! Al ver la primera foto sobre el post de verano he pensado que esa playa me sonaba y la carita de tu peque también! Y al ver las fotos de la piscina se ha confirmado mi «sospecha» sobre quién se escondía detrás de este blog! 😉 soy la mamá de Carla, la «alemana» 😉 Enhorabuena por tus fotos! Si estuviera más cerquita me apuntaba sin duda a un curso tuyo de fotografía! Un besote

    • Jajajajajaja Lo que no unan las malasmadres….
      Una alegría tenerte por aquí aunque no estés más cerquita, pero seguro que volvemos a coincidir en otro verano 😉

  3. […] sesiones que hice en verano, y lo maravilloso de pasar calor, tener momentos de auténtico relax y disfrute. Pero sin duda hay una sesión que me transporta directamente a esa slowlife que deberíamos […]

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