Disfrutando del parque en familia
Hoy recupero otra de esas sesiones que, aunque se hizo a finales de verano, es atemporal por los protagonistas y la localización.
Nos fuimos al parque Europa situado en Torrejón de Ardoz donde contamos con explanadas inmensas, parques infantiles para todos los gustos y reproducciones de monumentos de todo el mundo. Allí podemos encontrar mil rincones que hacen las delicias de pequeños y mayores, haciendo mi trabajo muuucho más fácil.
La familia de Nuria ha crecido en este último año y, como en todas, las prioridades cambian un poco y aunque nos apetece tener fotos no siempre se puede. En este caso las fotos vinieron de la mano de una gran madrina/amiga…esas tías postizas que nos encanta tener en nuestras vidas porque son amor del bueno. Así que nos fuimos a disfrutar de un día en el parque con los gemelos y la hermana mayor.
Los peques eran muy peques y aguantaron como unos campeones enseñandonos como se sentaban y levantaban la cabeza, eso sí…nada como descuajeringarse de la risa cuando papá nos come a besos o nos hace pedorretas o cuando su hermana mayor les deleita con pompas y con cosquillas. No hay nada más grande que esos vínculos de familia
Ser una super hermana mayor no es fácil, a veces te apetece hacer cosas de super mayor y no puedes o tienes que hacerlas sola porque mamá o papá tienen que cuidar a los enanos, pero otras veces tiene sus muchas recompensas y tienes dos personitas que te adoran y te buscan allá donde vayas, que se ríen en cuanto les prestas atención y sobre todo les puedes demostrar a tus padres lo responsable que puedes llegar a ser.
Los padres no os creáis que lo tienen más fácil porque los malabares son de aúpa pero si hay complicidad, no hay dificultad que se resista.
Pasar un tiempo en familia relajados y disfrutando del momento es garantía para mi de captar momentos inolvidables y sacar partido a esa cotineaidad. Porque, por mucho que las cosas que hacemos nos puedan parecer un «rollo» o una rutina, lo que no nos damos cuenta es que van cambiando y que volvemos la vista atrás a cuando iban tranquilos en el carrito, o cuando les cambiábamos con cuidado el pañal, cuando su mayor logro era coger algo del suelo y metérselo en la boca o cuando no pasábamos de comer el potito de frutas.
En estas sesiones hasta nos podemos permitir el lujo de probar «las primeras veces». Con ellos fueron los columpios, y os digo que no tuvo desperdicio ver sus caritas
En definitiva, unos momentos preciosos que disfrutamos todos sin estresarnos por las poses o sonrisas y que muestran uno de esos miles de días especiales que vivimos juntos sin muchas veces darnos cuenta
Por el momento me despido de ellos, pero no por mucho tiempo…. ya que han confiado en mi de nuevo para captar un momento de esos que si que están más que etiquetados (y con razón ) como especiales: Su Boda.
Ahora toca no ponerles nerviosos para que puedan disfrutar de ese día sin la preocupación de tener una cámara pegada pero con la seguridad de que todos esos momentos especiales serán capturados por mi lente.
Muchísimas gracias por confiar en mi trabajo