Los padres somos sus primeros influencers

Post a dos manos con Sonia López, maestra, psicopedagoga y formadora de familias. Hablamos sobre el poder de la resiliencia y la necesidad de saber comunicarnos con nuestros hijos para poder transmitirles nuestros valores y entender el camino que ellos tomen en el futuro

Cuando nos convertimos en padres nos volcamos en el cuidado de nuestros hijos pero no debemos olvidarnos de nosotros mismos y de vivir según los valores que queremos inculcarles, al fin y al cabo, nosotros somos su primer modelo a seguir.

               Conocí a Sonia poco a poco, como el buen vino que vas tomando a sorbitos. Iba leyendo su blog cuando mi hija todavía era pequeña y me preguntaba ¿Podré llegar a tener este tipo de conexión con ella, hablar así entre las dos?

Son muchas las cosas que he ido aprendiendo de y con ella en estos 5 años.  Su formación como maestra, psicopedagoga y formadora de familias son cimientos sobre los que construye una manera de acercarse a los niños y a nuestros vínculos con ellos.

Si tenéis hijos , que ya estén rozando la adolescencia, os fascina la comunicación con ellos y la escucha activa, os interesa echar un vistazo a todo lo que lleva escrito en su página www.sonialopeziglesias.blogspot.com y en sus colaboraciones con Malasmadres y elperiódico el País.

Pero si hay algo que me enganchó de ella en estos años era su resiliencia y su capacidad de superación.

Sonia tiene una pasión: correr, solo tenéis que pasaros por su Instagram. A mi personalmente no me emociona esa actividad, pero intento aplicar esos mensajes motivacionales para lo que sí.

Sonia, de dónde nace esa pasión. El hecho de compartirla con tu pareja y cada vez más con tus hijos, ¿es lo que te mantiene esas ganas de salir a darlo todo?

Para mis padres siempre fue prioritario que mis hermanas y yo realizáramos deporte, así que a lo largo de mi vida he tenido la suerte de poder practicar muchos deportes. Competí hasta la universidad a Baloncesto.

Casarme con un triatleta me facilitó mucho compartir mi pasión por el deporte con él. Empecé a correr después de tener a mi segundo hijo ya que era la única actividad física  que podía compaginar con mi vida familiar y profesional. Un reto solidario me unió para siempre con la maratón que es la distancia que corro.

Ahora tengo la suerte de compartir entrenos con mis hijos, el ejemplo arrastra.

La práctica deportiva me regala tiempo para mí, para cuidarme (aunque me toque madrugar mucho para poder entrenar), para marcarme retos, para compartir mi pasión con gente maravillosa.

Creo que en esta vida tener metas, nos ayuda a ir poniendo baldosas de manera más ordenada, tener una luz guía, un sueño, nos da un propósito para el que nos vamos nutriendo del camino que recorremos.

Pero a veces, esa luz se apaga o es tapada por un oscuro nubarrón. Eso fue lo que le pasó a Sonia hace casi tres años cuando un accidente, de lo más cotidiano, le hizo parar no solo su proyecto de correr la maratón de Nueva York sino gran parte de su vida.

¿Cómo fue ese periodo de duelo y de resurgir?

Una simple torcedura hizo que mi tobillo se rompiese a la mitad. De la noche a la mañana salí del hospital con una placa y seis tornillos y con una recuperación muy larga por delante. Tuve la suerte de tener a mucha gente que me echó una mano.

Lo primero que le pregunté al traumatólogo al salir del quirófano fue si podría volver a correr. En seguida intenté aprovechar al máximo ese periodo de tiempo para aprender y no lamentarte, soy de las que piensa que la queja no te lleva a ningún sitio.

La lesión me ha hecho mucho más resiliente, más optimista, me ha enseñado a valorarme mucho más.

Tener que parar ha sido para mí un regalo.

Sonia López

¿De qué herramientas tuviste que tirar para seguir adelante?

 Aprendí a pedir ayuda a los que me quieren  y  confié en el trabajo y la constancia en mis sesiones de recuperación. Era un simple tobillo al que debía enseñar con cariño a volver a andar.

El valor que nos damos a nosotras mismas, y ese trabajo personal que necesitamos hacer casi día a día, tiene una connotación más trascendente al tener hijos.

Porque realmente somos sus primeros “influencers” porque ellos nos observan y adquieren cosas casi imperceptibles para nosotros para enfrentarnos a sus propias batallas.

En estos momentos donde muchas familias viven en la incertidumbre laboral o familiar ¿Cómo podemos trabajar nuestros propios miedos para poder afrontar mejor la situación en casa?

El primer paso que debemos dar delante del miedo es aceptar que lo tenemos. Analizarlo con mucha calma y buscar las herramientas necesarias para hacerle frente. Y sobretodo pedir ayuda cuando lo necesitamos.

Decía antes que yo te empecé a leer cuando P era todavía pequeña. Sin embargo no ha habido un momento desde entonces en el que no haya aplicado de una u otra manera esas fórmulas de comunicación con tus hijos de las que hablas en el blog y que aplicas en tu día a día. Pensamos que el momento para educar es cuando surge el problema, cuando llega la edad complicada pero… ¿Cómo lo planteas tú?

Mis hijos ahora ya son adolescentes pero desde bien pequeños he intentado hablar con ellos con calma y comprensión, intentando ser el mejor modelo comunicativo que puedan tener.

En casa siempre hemos intentado reservar un espacio diario  para poder hablar con calma, para poder compartir como ha ido el día, para poder compartir como nos sentimos.

La educación emocional siempre ha sido el pilar en mi acompañamiento y ellos lo han integrado perfectamente. Siempre intento serenarme antes de hablar, escuchar activamente,  tomar distancia cuando lo necesito. Basar nuestra relación en la sinceridad, entrenarles a dialogar.

Para mi la familia es un vínculo que se fortalece día a día y que quizás está más vivo justo cuando pensamos que nuestros hijos ya saben solucionárselo todo.

No me llegan muchos padres pidiéndome una sesión con sus adolescentes (por desgracia)

¿Por qué tenemos ese miedo a esta etapa? ¿Nos cuesta, quizás, aceptar que nuestros pequeños están definiendo un nuevo camino por ellos mismos?

Quien me conoce sabe que soy una enamorada de la etapa de adolescente. He tenido la suerte de trabajar muchos años con adolescentes y ahora tengo el privilegio de vivir con dos.

Sin duda para mí es la etapa en la que siento que mis hijos necesitan más de mi paciencia, amor y comprensión. Acompañarles en su camino es un regalo diario, aunque en ocasiones no nos entendamos.

Consensuar normas y flexibilizar límites es esencial.

Gracias Sonia por dejarnos aquí parte de todo lo aprendido.

Os dejo charlando en directo con Sonia a través de mi perfil de Instagram estará colgado allí y aquí para que podáis ampliar sobre la comunicación con adolescentes y la gestión emocional en casa.

Todas las fotos son las realizadas en una sesión maravillosa con Ini Gómez y su hija.

Modelo de conexión, escucha y admiración mutua.