Los 40 son los nuevos 30, los 50 hay que celebrarlos y los 60 son la puerta a la, para muchos, ansiada jubilación y necesitan ser brindados por todo lo alto. ¿Te vienes de cumpleaños?
No encuentro mejor manera de volver a veros en el blog que celebrando.
Y es que parece que llega cierta edad en el que las celebraciones pierden el sentido, ya no nos lo «curramos» tanto y con una «ceniza en familia» parece que pasamos el trámite.
Por suerte la frase de «los XX son los nuevos XX-10» nos está animando a no renunciar a una buena celebración rodeados de las personas que más nos quieren y con aquellas que no tenemos tanta oportunidad de coincidir frente a una buena comida o una copa.
Hace unos años alguien me propuso fotografiar una fiesta sorpresa por el cuarenta cumpleaños de su socio. No soy ajena a los eventos y al reto mayor que me ponían (la falta de luz) así que acepté encantada. Desde entonces, me he aficionado en sobremanera a ver caras de sorpresa en personas que ya no esperaban tener una fiesta de ese tipo, a padres e hijos compartir un cumpleaños disfrutando a la par, a parejas derramando alguna lagrimilla de emoción y risas frente a un televisor, mientras sus amigos les dedicaban un homenaje.
Son muchas las fotos acumuladas, pero como dijo alguien…por alguna parte hay que empezar.
Y yo quería empezar por esta fiesta celebrada en La Roseta para A, por su 50 cumpleaños.
La artífice, su fantástica mujer, que consiguió llevar todo el montaje en secreto durante los 2 meses anteriores que lo planificó. A mi me sigue maravillando los organizadores de tales tinglados ¡¡¿cómo no les pillan?!! porque lo que si os puedo asegurar es que después de la cara de sorpresa vienen los comentarios en los corrillos
– Pero ¿de verdad no sospechabas nada?
-Nada de nada, igual al final ya me estaba extrañando el venir aquí…bla, bla, bla.
(vamos….ni una pista. Pero ahí si puedo empalizar porque yo voy empanada por la vida y no me enteraría aunque mi marido dejara las decoraciones encima de la mesa del comedor)
Encima su hijo estuvo esperándoles y haciendo ese enlace con el restaurante, asegurándose que todo el mundo estuviera atendido y callados para hacer del momento entrada una auténtica sorpresa.
Cuando organizas un evento; sea el cumpleaños de vuestros hijos pequeños, sea el cumpleaños de vuestra pareja o el aniversario por todo lo alto, la mejor recompensa es que salga bien. Pero lo más importante es que, una vez llegado el momento, puedas disfrutar de todo ello sin preocuparte si mañana tendrás o no alguna foto decente de las que te sacaron con el móvil.
Por eso siempre seré defensora de que pongáis un fotógrafo profesional en vuestras celebraciones (y si me escogéis a mi mejor que mejor)
Porque seguro que la fiesta se convierte en un fiestón,
Porque siempre hay momentos emotivos o divertidos
Y porque poder mirar un álbum y ser capaz de revivirlos una y otra vez mirándoos en las fotos es simplemente una pasada.
Aquí os dejo una micro selección de algunas fotos (ya sabéis lo que valoro vuestra privacidad y os agradezco los agujeros de cerradura que me dejáis para mostrar mi trabajo) para que veáis que no os miento.
¿Alguna fiesta cociéndose en algún cerebro? Ya sabéis donde encontrarme