En el anterior post hablábamos de la necesidad de mirarnos, de reconocernos. De esa relación personal salen cosas buenas, hasta cuando lo que te devuelve el espejo sean todo sombras. Y es que quizás en ese momento en el que vemos nuestra propia oscuridad sacamos la fuerza para buscar a otra persona en la que apoyarnos en el camino de volver a reencontrarnos con esa consciencia que todas guardamos en algún rincón.
No sé si agradecer al universo, el destino o divinidades varias. La realidad es que cuando hice el cambio de ubicación y veía que quizás tuviera que renunciar a hacer lo que tanto me apasiona ella apareció en forma de mensaje en la web ¿Haces fotografía de parto en Burgos? Conocerla fue un rayo de esperanza, porque fue gracias a ella que seguí y entendí que mi luz podía hacerla brillar en cualquier lugar.
Raquel Ibor es una fuerza de la naturaleza pero tiene una sensibilidad que traspasa la piel.
Se enciende ante las injusticias como la caldera de la locomotora, pero su corazón es capaz de darte el calor que te falta cuando la desesperanza se ha instalado en el tuyo propio.
Decir que la maternidad la cambió no creo que fuera justo ni completo, pero sin duda la abrió caminos que ahora recorre con paso firme y yo me siento muy afortunada de tenerla cerca y más por poderla compartir un poco en este hueco de mi casa virtual.
Raquel, aunque eres una mujer que vale mucho en muchos aspectos hoy me encantaría que compartiéramos esa parte de ti que está entregada al acompañamiento de la mujer. Es un acompañamiento que surge en los momentos en los que podemos sentir soledad ante nuestros miedos o sentimientos, quizás en momentos en los que construimos una pantalla que nos impide compartirlo y conectarnos con personas de nuestro entorno.
Va muy ligado al momento en el que decides ser madre pero no llega o el momento en el que empiezas la gestación pero no todo brilla como tú te lo habías imaginado o te lo habían contado de puertas a fuera.
Gracias por tu mirada… me siento agradecida a la vida por habernos encontrado…
Efectivamente, hay tantas realidades como mujeres.
Cada maternidad es diferente aunque a veces convergente en etapas y emociones. Incluso puede transitarse desde diferentes prismas emocionales según el momento, el entorno y las circunstancias que hayamos vivido, vivamos o nos anticipemos a vivir…
En el periodo del embarazo, la gestación, podemos vivir múltiples estados de consciencia de lo que está ocurriendo…
Desde la despreocupación, a veces la desconexión, del fluir… y desde el otro lugar, con preocupación, miedo, incertidumbre.
También podemos encontrarnos en la situación, a veces sobrevenida de los anteriores estados, en que tomamos consciencia de patrones que no queremos reproducir o decisiones que sí queremos tomar nosotras. Ahí empieza el momento en que buscamos alternativas… Nos empezamos a Des-Construir…
Esa desconstrucción trae sombras y también mucha luz. El acompañamiento en el embarazo, sobre todo en ese periodo de dudas, sombras e incertidumbre, creo ha de tener 3 pilares fundamentales.
Empatía. A través de la ESCUCHA ACTIVA.
Emoción. Validar SIN JUICIO las Emociones.
Empoderamiento. RE – DESCUBRIR el poder que nos habita.
Me imagino, cuando empezamos o decidimos empezar a recorrer el camino de la maternidad, como se abre un agujero enorme ante nosotras, con baldosines, algunos muy cerca unos de otro y otros a unas distancias insalvables. Ese agujero es negro…. Negro de sombra y miedos. Expectativas, propias y ajenas, juicios, inseguridades, a veces dolor…
Cierto que algunos baldosines están llenos de flores, (muchos en realidad), y son suaves y fáciles de alcanzar, de llegar de uno a otro, con pasos cortos y fluidos.
El momento difícil llega cuando estamos en uno blanco y frío, y para salir de él necesitamos un gran salto para alcanzar el siguiente o convertir ese espacio en baldosín florido… Podemos plantar flores, pedir apoyo y sostén para el salto o por el contrario silenciarnos. Incluso fingir… y ahí, en ese lugar es donde está la soledad más absoluta, porque hay que sumarle a la invisibilidad y el tabú a sentirse así en ese momento el miedo a la culpa y el juicio ajeno en caso de plantearse pedir ayuda.
Creo que acompañar esos procesos, desde el respeto y el no juicio es una de las tantas asignaturas pendientes en nuestro cuidado en la etapa maternal. Y este cuidado y la visualización y aceptación consciente de este proceso puede darse de muchas formas.
Desde el autocuidado emocional a la creación de redes de sostén entre iguales…
Sin duda creo que no solo idealizar cualquier etapa es un error peligroso, sino que forzarnos a vivirla como espejo de otras realidades puede sumirnos en ese agujero negro en vez de ver un camino de baldosas construido para cada una.
Cuando me piden sesiones de embarazo tengo mucho cuidado en saber de donde parte esa mujer y qué tipo de luz ve a lo lejos.
A muchas les mueve simplemente el hecho de recoger ese cuerpo transformado, el haber sido capaces de moldearlo para cobijar una vida, capturar la ilusión por lo que está por venir y la persona con la que lo han hecho posible.
Sin embargo, también hay mujeres como fuiste tú, que abrazaron las sombras que acompañaban su último embarazo, tanto como las luces que desprendían. Y es que no hay un embarazo igual a otro, y no siempre nos sentimos conectadas o alineadas con el sentir general.
Es por ello por lo que esos tres pilares están presentes en cada sesión para ayudar a conectar con emociones únicas e intransferibles que merecen ser registradas; la gestación de una vida y la deconstrucción de muchos muros levantados por nosotras mismas.
Avanzado el embarazo, el parto es sin duda alguna ese gran momento para el que nos preparamos como si miráramos por el agujero de una puerta, con unas miras muy estrechas.
Tú has parido a tres maravillosos hijos y ese momento ¿podemos decir que ha sido un despertar a una mayor consciencia en cada una de las ocasiones?
Bueno, para mí ha sido una ventana a todo un mundo nuevo que no sabía que ya estaba ahí, y en mí… mi empoderamiento, mi sexualidad consciente en toda su extensión, mi feminidad y ciclicidad…. Y también una puerta abierta de par en par a mi niña herida…
También me ha conectado con otras mujeres. Conectar con las que parieron antes que yo y con las que lo harán después de mi. Con cada parto, he tenido la posibilidad de dejarme destruir para volver a Re- Construirme.
Amé mis partos, antes de que llegasen, cada uno con una intensidad diferente, siempre en aumento… DES-conectando con cada instante… y siempre deseando el siguiente. Así me di cuenta de que es el momento más PODEROSO de la mujer. Sea como sea que lo vivamos, o se intervenga, es puro PODER.
Pero tiene sus luces y sus sombras y transitarlas o prepararnos para transitarlas es EMPODERAMIENTO PURO.
Es tener un control brutal sobre algo que es solo nuestro y es la experiencia más transformadora de nuestras vidas.
Transitar un parto consciente y poderoso, nos prepara y empodera para una crianza más fácil y paciente.
Y eso es una novedad para algunas de nosotras. Encontrar un acompañamiento consciente, en un espacio de escucha y con profesionales conscientes que informen y sostengan, es un regalo.
Tu y yo ya hemos hablado que la información es poder. No como lucha, pero si puede incluso darnos la tranquilidad de saber qué va a pasar y si se desencadena un proceso qué otro camino vamos a tener que tomar.
Para ello siempre es bueno partir de una información actualizada y no sesgada como la que puedes encontrar en El parto es Nuestro. A partir de esa información empezar a tomar decisiones y apoyarte en las personas y profesionales que mejor alineados estén con tu visión y tu plan.
En mi caso el aprendizaje es constante como acompañante invisible tras la cámara, pero si hay algo (de las pocas cosas que veo una y otra vez) es el enorme poder y foco que conseguimos en estos momentos en los que todo lo vivido se concentra en una fuerza física o mental para abarcar la dimensión de lo que estamos haciendo y que marcará un antes y un después en nuestras vidas.
Las mujeres y (por qué no decirlo) la sociedad en general tiene un gran problema a la hora de escuchar sin emitir juicio alguno.
Sean madres experimentadas o personas con las que no has hablado en la vida es vernos con un bebé y los opinólogos y opinólogas aparecen como champiñones. Sentir ese bombardeo, unido a que el postparto es ya de por sí una época vulnerable para nosotras, puede minar nuestra confianza y arrastrarnos a una zona llena de sombras e inseguridades.
¿Cuál es la base de un buen acompañamiento en estos momentos en los que tienes ya a tu hije contigo y comienza una logística completamente distinta?
La empatía y la escucha activa.
No juzgar es difícil. Desde la más tierna infancia somos juzgados y nos juzgan. Lo hemos interiorizado desde pequeñes. Cada vez más, nos encontramos con un entorno menos o nada empático. Escuchar sin emitir un juicio o dejar de dar un consejo es difícil de encontrar. Así que creo que la mirada compasiva y la empatía, nos lleva a validar las emociones de la mujer a la que acompañamos sin juicio.
Acompañar en Silencio o no. Con Contacto o no…. Solo estar….
Hay que respirar, centrar y tomar consciencia de que vas a acompañar a una mujer en presencia. SER y ESTAR…
En vuestro caso abrís proyecto nuevo un ramo de mujeres en el que enfocáis el cuidado del postparto desde las emociones, el reconocimiento del cuerpo y el bienestar desde la consciencia de la nueva realidad. Deseando que nos amplíes esto en nuestro directo
En medio de esos momentos donde ves tu reflejo en el espejo, en las pantallas de la perfección de las redes sociales y todo a tu alrededor es una sombra negra.
¿cómo buscamos ese impulso para salir y buscar a esa persona que nos acompañe, que nos ayude a ponernos en el camino de sanar?
Es posible que ahoguemos ese impulso. No nos lo tenemos “permitido”. Es posible que llegue desde donde menos creemos….
Como asesora de lactancia he tenido el privilegio de poder acompañar procesos en embarazos y puerperios… aunque cuando nos encontramos, el acompañamiento iba enfocado a la lactancia materna y ha sido un regalo para ambas. Y me siento muy afortunada por ello.
A través de los espacios destinados al acompañamiento al embarazo y posparto (puerperio), los círculos de mujeres, los grupos de apoyo a la lactancia, de crianza se puede llegar a encontrar a esa persona que te puede acompañar o derivarte a una asesora de Maternidad.
Tampoco podemos olvidar que la información es PODER. Saber que nos puede estar pasando ayuda a tomar consciencia del proceso. Simplemente hablar y vaciarse, puede ser esa pértiga que podemos utilizar para saltar de ese baldosín de azulejo blanco y frio en el que nos encontrábamos al principio, a ese otro que ya tiene un color dulce y un cacao caliente esperándonos.
Y por supuesto, la persona al otro lado de la escucha puede valorar y si es necesario, derivar a profesionales en psicología perinatal, de forma respetuosa y consiente…
Ay qué difícil puede ser gestionar todo ese cóctel de emociones. En mi caso siempre intento poner el foco en ese mindfuness constante que deberíamos hacer, consistente en vivir el AHORA.
Ese postparto inmediato centrado en cada pequeña cosa que estemos haciendo hacerla y tratarla con el mimo de ser algo especial y sobre todo muy fugaz. Ya sabes que a mi lo de las fotos “preparadas” me suele provocar rechazo pero nunca tanto como en este momento. La delicia de llegar a una casa con varias cosas a medio hacer, varias habitaciones ocupadas por ropa, gasas, pañales o cajas de bombones a medio comer que dejaron las visitas….y en el centro lo importante: miradas que se cruzan y se quedan enganchadas, parejas con ojeras pero con sonrisas capaces de taparlas, bebés que duermen o siguen buscando el calor del cuerpo que habitaron durante 9 meses.
Se suele decir que “madre feliz, hijos felices” a mi personalmente esta frase me traía de cabeza porque si no veía feliz a mi hija me hacía preguntarme ¿es que tampoco yo soy feliz? Y de ahí vuelta al círculo de la culpa infinita.
Sabemos que el tiempo personal se ve reducido a la mínima expresión seas madre trabajadora en casa o fuera de ella. Es por ello por lo que muchas veces requerimos agendar ese autocuidado, ver que ese tiempo que podamos dedicarnos será fundamental a la hora de poder encarar el resto del día.
¿Cómo ayudas tú a las mujeres en este apartado?
Como me remueve esa frase…. Vuelve a cargarnos de una responsabilidad infinita y no tangible… una expectativa que quizás jamás se cumpla… y al mismo tiempo una invitación a que si nos juzgan por el hecho de hacer algo fuera de la maternidad, por deseo y decisión propia, tengamos una frase que nos aporte algo menos de esa culpa… porque al final te van a juzgar…
Yo prefiero CUIDARSE PARA CUIDAR.
Y ojo, el autocuidado puede ser solas o con niñes…. Esto no se nos dice tampoco. Auto cuidado sólo parece ser que es ir al spa solas…. O un paseo en silencio… o a Pilates…. que también. Siempre que no sea una huida… y esta huida está muy relacionada con a cómo se nos está sosteniendo desde nuestro entorno más inmediato y por la sociedad en sí.
Para mi autocuidado es aquello que nos va a hacer estar mejor… y eso puede ser que sea un baño en la piscina con tus hijes libre de normas y por pura diversión o una guerra de nata montada con elles…
Una peli con palomitas, sofá y manta… o un rato a solas con algune de tus hijes dando un paseo o llenado a comprar…
Cuando busquemos espacios propios de autocuidado, creo que podríamos hacerlo desde la serenidad y no la rabia. Desde el diálogo, la flexibilidad y la emoción y no desde la imposición, la exigencia o el reproche.
Desde mi aportación como asesora de lactancia voluntaria en los grupos de apoyo y en los grupos de crianza, y en mis acompañamientos a mujeres trato en todo momento de poner los cuidados de la mujer en el centro, con sus parejas y acompañantes. El sostén real en el maternaje por el entorno inmediato es vital.
Creo firmemente que la compasión hacia nosotras mismas es algo que nos debemos permitir… somos tan exigentes que nos rompemos… y cuando en algo creemos fallar, somos implacables con nosotras mismas… hemos sido educadas así, en la auto exigencia extenuante, y la compasión hacia otre…nunca hacia nosotras… y cambiar eso, es Autocuidado…
Siempre que puedo me gusta facilitar Círculos de Mujeres, donde ya por el hecho de estar, hay una energía brutal… son sanadores. Son espacios de no juicio, donde compartir desde lo interior. Donde tomar y vaciar. Tenemos que retomar esos espacios que siempre fueron nuestros, en cooperación, sororidad, empatía.
Se descubren vínculos, entre mujeres y con nosotras mismas… como el que descubrí contigo, en un círculo de 3…
Con este broche de oro solo puedo emplazaros a que os conectéis en directo con nosotras el Jueves 28 Enero 2020 a las 10 am en mi canal de Instagram y nos contéis cómo habéis vivido estas fases, si fuisteis acompañadas, lo buscasteis como necesidad, las luces y las sombras de algo tan marketiniano como parece estar presentada ahora la maternidad, si os autocuidais o todavía estáis buscando el camino para hacerlo….
Podéis dejar vuestros comentarios aquí o a través de un mensaje directo en Instagram.