¿Cómo evitar el Síndrome del hijo del fotógrafo?

(o el síndrome del hijo del padre/madre disparador compulsivo?)

Quizás no lo conocéis con este nombre, pero el síndrome del hijo del fotógrafo (SHF) no será desconocido para muchos de los que leais este post.

Las nuevas tecnologías han traído muchas cosas buena a nuestras vidas, y la democratización de la fotografía nos ha acercado a muchos a este mundo fascinante de la imagen.
Sin embargo, poco a poco o quizás en un momento concreto, se nos ha ido de las manos y ya no sabemos vivir sin capturar cada segundo de nuestras vidas y lo que viene después: compartirlo.
Otro día, si queréis, profundizamos en el intenso mundo del oversharing o «ya te vale publicar cada minuto de tu vida y la de tus hijos»

Pero hoy quiero explicaros que son muchos los niños que sufren el Síndrome del hijo del fotógrafo (SHF) que ya se ha extendido a cualquier niño, porque creo que el hijo de mi vecina tiene más fotos que mi propia hija.

Si señor… los móviles y el tenerlos siempre a mano, el querer tener cada segundo registrado de la vida de nuestros hijos, hace que los niños, sin importar su condición, acaben saturados de ver nuestra cara detrás de una cámara. Sin embargo no a todos les afecta por igual…

Vuestros hijos sufren el Síndrome del niño del fotógrafo si:

  1. Cada vez que os ven con una cámara se dan la vuelta hacia el lado contrarioniño de espaldas gateando
  2. Si al apuntarles con la cámara giran sus ojos hacia arriba en señal de hastíoniña con los ojos en blanco
  3. Si cuando les pides que sonrían su cara se transforma en la del joker

    sonrisa forzada

  4. Y finalmente si cada vez que tocas la cámara (o levantas el móvil) suena un mammaaaaa/papaaaaaa yaaaa jooooo (y cualquier variante vocal de queja)

Si tu bebé ya ha aprendido a hacer todo esto te tocará ser más perseverante  en las recomendaciones, ya que la capacidad de negociación todavía no llega al nivel de gran mandatario de la ONU. Ese lo empiezan a adquirir a los 2 años, y aquí es cuando tienes que empezar a seguir algunas recomendaciones para poder llegar al famoso win-win o también conocido como…al final todos nos hemos salido con la nuestra.

Aquí te dejo algunos trucos básicos de como intentar evitar este síndrome.

  1. Daros un respiro. No me refiero a un día, sino a realmente centraros en otros detalles y ampliar vuestros horizontes fotográficos más allá de vuestros hijos. Esto puede ser de gran ayuda para ambos porque no verán a la cámara como algo centrado exclusivamente en ellos y comprenderán que es una forma en la que tu disfrutas. Esto puede ayudar a que se sientas más cómodos a su al rededor y a evitar aspavientos cada vez que la saques de la funda.
  2. Convertiros en contadores de historias. Haced este ejercicio cuando os encontréis en cualquier situación ¿Qué está pasando? ¿Qué elementos tengo para contarlo? Muchas veces queremos que los niños se coloquen en ciertos sitios o jueguen de cierta manera y con ello perdemos la naturalidad del momento y las propias ganas del niño de hacer lo que estaba haciendo. Buscad ángulos que no molesten su actividad (en una palabra sed vosotros los que os adaptéis a la situación y no el niño) centraros en detalles como sus manos o sus elementos de juegos….todas esas fotos pueden ser un complemento a esa única foto general en la que se vea toda la acción.
  3. Si vosotros disfrutáis haciendo fotos, haced que ellos también lo hagan. Según vayan creciendo, involucradles en la acción, cread situaciones con ellos e incluso animaros a pasarles la cámara…es vuestro momento de tener fotos

  4. Sed honestos. Si le decís a vuestros hijos dos fotos más aseguraros que son justo esas las que necesitáis…si os venís arriba y tiráis 20 perderéis buena parte de su confianza y luego no os pasará ni el «una más»
  5. ENSEÑADLES LAS FOTOS Si hay algo que le gusta a mi hija es mirarse en las fotos…hacérselas puede que no tanto en ocasiones, pero según va creciendo no solo le gusta mirarlas en el móvil o en el ordenador, no, a ella le gusta tocar las fotos, mirar los álbumes cuando se aburre o quiere que le cuente alguna parte de SU historia (o a veces de la nuestra, que creo que es la mayor fan de nuestro álbum de bodas y luna de miel jejejeje). Así que imprimid las fotos, de manera que ellos también puedan disfrutar del resultado de sus interminables horas de modelo.

Espero haberos ayudado, el Síndrome del hijo del fotógrafo es reversible, solo tenéis que disfrutar con la fotografía, no abusar de ella y contratadme para que podáis jugar juntos y sea yo quien os acribille a fotos… esto como terapia para empatizar con vuestros hijos, digo 😉

¿Tenéis algún truco más para revertir el síndrome? ¿Hace cuanto que vuestros hijos lo sufren? Contadme…quiero aprender y crecer con vosotros.

 

3 comentarios

  1. Imprimir las fotos, mi gran asignatura pendiente. Creo que me voy a mirar una impresora porque sino, no hay manera. Me he partido con lo de la cara de joker jeje Es tal cual, por eso yo ya hace tiempo que no pido nada. Saco la cámara y que ellos vayan haciendo. Me frustraba mucho cuando no salí lo que yo quería, así que mejor relajarse y disfrutar y si no se puede, pues no pasa nada. Ese momento sigue estando en nuestras retinas.

    • Gracias por tu comentario. Tienes páginas con sistemas muy sencillos para crear álbumes http://www.saal-digital.es/album-digital/ o http://www.tualbum.es y a buenos precios….no lo descartes. Yo al final me estoy reservando fechas para hacerlo….y si me pilla el toro tiro de Cheez o Paper Lover para imprimir algunas de mis preferidas y tenerlas en cajas o pegadas por las paredes y recordar con ella momentos.
      El sistema de no pedir y relajarse y disfrutar el el mejor 😉
      Aprovecho para felicitarte por el fantástico trabajo que haces uniendo las historias de otros con un recuerdo en imágenes.

      • Hola, Eva.

        Acabo de ver tu comentario. Conozco Saal y pronto lo utilizaré. Muchas gracias por las felicitaciones, es algo que me hace mucha ilusión y creo que puede aportar mucho. Por lo pronto, solo ver lo contentos que se ponen los protagonistas al ver sus propias historias escritas ya es un regalo. Y las fotos, como me gusta mucho, aunque no sean de profesional, creo que le da mucha fuerza. En fin, que muchas gracias. 🙂

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